Lo mencionado anteriormente se deriva de una interpretación universal de la palabra "sangha", de acuerdo con el espíritu de la enseñanza. Sin embargo, al hablar de ella no estoy pensando en un organigrama; pienso más bien en una hermandad espiritual en la que cada miembro recorre su camino, sin obstáculos ni molestias, según su disposición y carácter. Y es así, porque ya no caben discusiones sobre el "cómo" o "de qué manera". En su lugar, existe el respeto mutuo y el ánimo que todo el mundo necesita de forma urgente cuando aún no se ha alcanzado el objetivo.
[Por el contrario], una organización basada en acuerdos (por buenos que fueran) unidos con las debilidades personales de los seres humanos iría en contra del espíritu de la enseñanza (como toda burocracia de salvación por su propia naturaleza); y no sería, de ninguna forma, un recipiente del dharmakaya, el único espíritu de la enseñanza viva.
Sin embargo, si existiera un colectivo capaz de reflejar ese espíritu de Buda, todos los espíritus de las diferentes escuelas y sectas estarían contenidos en ese colectivo. Estas escuelas y sectas sentirían el espíritu de Buda en su propia aspiración, convirtiéndose en suma en el espíritu rector no sólo de su propio grupo, sino de la sangha universal que es la encarnación del dharmakaya en nuestro reino. Esta idea o meta elevada no puede tomarse como si de asaltar una fortaleza se tratara, sino que requiere que todos crezcan en ella. De nada sirve molestar e intentar convencer a los demás con nuestro noble entusiasmo.
Lo único práctico que puede hacer nuestra pequeña comunidad al respecto, es continuar el camino que se nos ha mostrado: la práctica del nembutsu, pensar en Buda constantemente. En este pensamiento constante nuestros puntos de vista se verán ampliados; nuestras limitadas ideas se expandirán y alcanzaremos conceptos que irán siempre más allá. Poco a poco nos convertiremos en centros que irradian esta mente de Buda.
Esto se hará realidad en la medida en que renunciemos a nuestro yo personal limitado (...) En cuantos a cambios posteriores...me muestro confiado, ya que, aunque seamos el grupo budista más pequeño, podemos detectar efectos que indican que el espíritu de la enseñanza va más allá de nuestro hacer individual.