Aunque he tomado refugio en el camino verdadero de la tierra pura, es difícil tener una mente verdadera y sincera. Este yo es falso e mentiroso; carezco por completo de una mente pura.
Cada uno de nosotros en nuestro porte exterior, aparenta ser sabio, bueno y dedicado; pero tan grande es nuestra codicia, ira, perversidad y engaño que estamos llenos de toda forma de malicia y artimañas.
Es extremadamente difícil poner fin a nuestra naturaleza malvada; la mente es como una serpiente o escorpión venenoso. Nuestros buenos actos también están contaminados; por ello, [nuestra práctica] es llamada práctica falsa y vacía.
Aunque carezco de vergüenza y reproche, y [tampoco] tengo una mente verdadera y sincera; es por el Nombre que me dirige Amida que los méritos colman las diez direcciones.
Sin ni siquiera un pequeña capacidad de amar o de mostrar compasión, no puedo esperar beneficiar a los seres sintientes. Si no fuera por el barco del voto de Amida, ¿cómo podría cruzar el océano de esta dolorosa existencia?
Con mentes llenas de malicia y artimañas, como serpientes y escorpiones, no podemos llevar a cabo buenas acciones por medio de nuestro poder propio; y a menos que nos encomendemos a la virtud que Amida nos dirige, acabaremos sin conocer la vergüenza y el reproche.
-Albert Bloom, The Essential Shinran, 15
No hay comentarios:
Publicar un comentario